El índice glucémico indica con qué rapidez los carbohidratos ingeridos elevan la glucosa en la sangre. Cuanto más rápido sucede esto, mayor es la respuesta insulínica del cuerpo, y usted volverá a tener sensación de hambre más pronto. Esto lleva finalmente a una mayor ingesta diaria de calorías y a un aumento de peso. Cuanto más bajo es el índice glucémico, más tiempo «durarán» los alimentos ingeridos y sentiremos con menos frecuencia deseos de comer. En general puede decirse que lo ideal es un índice glucémico por debajo de 40; un índice de hasta 70 es tolerable en casos excepcionales, y un índice superior a 70 debe evitarse. Dado que el valor de referencia 100 = pan blanco, también es posible un índice por encima de 100 (por ej. malta).
Atención: existen dos sistemas de índice diferentes. El más común toma el pan blanco = 100 como base, mientras que el otro tiene en cuenta el azúcar = 100. Es posible, por tanto, que usted encuentre en Internet unos valores diferentes para el mismo alimento, lo cual puede dar lugar a confusiones. Lo importante es que opte por uno de los dos sistemas y observe y conozca estos valores (las diferencias relativas son lógicamente las mismas dentro del sistema).